Madrid, 8 jun (PL) Durante su primera reunión oficial, el gabinete del recién nombrado presidente español, Pedro Sánchez, decidió hoy terminar la intervención financiera en Cataluña, pero descartó la celebración de otro referendo separatista.
En 2017 la administración del conservador Mariano Rajoy aprobó un sistema para impedir que los fondos públicos de esa región fueran destinados a sufragar la consulta popular sobre la autodeterminación celebrada el 1 de octubre de ese año.
La intervención de las cuentas autonómicas fue previa a la destitución de las autoridades locales, la disolución del parlamento regional y la convocatoria a elecciones anticipadas por Rajoy, quien justificó sus acciones con el artículo 155 de la Constitución.
Esta jornada, la portavoz del nuevo ejecutivo, Isabel Celaá, anunció que «se levanta la supervisión como gesto de normalización política y además con la confianza de que funcionará bien, lo cual no significa que el Gobierno (central)no vaya a estar informado de las eventuales partidas que pudieran dirigirse a cuestiones catalanas».
«Hemos determinado dar instrucciones a los bancos para que las autoridades de Cataluña puedan abordar los pagos sin necesidad de pasar por la supervisión del Ministerio de Hacienda», afirmó.
Asimismo, informó que Sánchez iniciará conversaciones con todos los presidentes regionales- incluido el catalán Quim Torra-, líderes parlamentarios y sociales de los territorios autonómicos, aunque no precisó las fechas.
Celaá aseguró que a la dirección del país le urge abrir el diálogo con Cataluña, pero apuntó que las conversaciones se harán «con la Constitución en mano».
Indicó que solucionar ese problema es una prioridad del gobierno nacional, pero señaló que la autodeterminación está fuera de de la agenda de negociación.